Un sueño en la mirada de cada uno de ellos, un sueño a punto de comenzar, un sueño que se hará realidad con su persistencia, motivación, ambición por el triunfo, y un poquito de mi ayuda; eso es lo que veo cada vez que miro a mis alumnos de la Escuela de Mecánica de Motos Andaluza. Soy Tony Zambrana Gálvez y me siento orgulloso de dar clase a unos alumnos tan prometedores y a otros futuros que llegarán y se añadirán a nuestras filas, con incluso más ilusión de la que tienen los que ya contamos.
Casi no puedo recordar la primera vez que me llamó la atención este mundo, siempre rodeado de ese típico olor que tanto nos gusta a los que amamos las motos y todo lo que rodea este universo tan apasionante. Lo que sí recuerdo es mi primera vez encima de un vehículo que adquiría una cierta velocidad, que para ser un juguete, era suficiente para hacerme sentir aquella sensación de libertad que todos sentimos alguna vez encima de una moto, o algún vehículo que se mueva rápido y controlemos a nuestro antojo. Esa sensación no se puede explicar, hay que vivirla. Hoy día, ahora, y a cada momento soy un privilegiado por poder sentirla, en parte se lo debo a mi espíritu, en parte a mi familia y amigos, y otra parte se la debo a mi trabajo en la EMA y las personas que me rodean en él.
He sido, soy y seré amante de la adrenalina, esto implica que me encanta la sensación que me aporta conducir una motocicleta de cualquier modalidad y cualquier vehículo que lo consiga. He conducido desde muy pequeño todo tipo de vehículos, he competido en todo tipo de carreras y esto me ha hecho ser quien soy. A los pocos años de edad ya corría en Karting, el ciclismo de montaña me aportó lo que no podía permitirme a mi joven edad. Corrí y pienso seguir haciéndolo en el futuro en Enduro y Cross-Country, el patinaje agresivo y en línea de velocidad me siguen aportando libertad, las carreras a pie de resistencia en montaña y pista, y velocidad en pista, y muchas otras que en mayor o menor medida me han aportado todo lo que soy. Todos y cada uno de los deportes que he realizado han tenido una parte en común, el “mantenimiento” de la mecánica o partes que hacen que esa sensación de adrenalina sea tal. Y como sé que no existe una parte sin la otra, una de mis metas en la EMA es hacer que mis alumnos comprendan este hecho y sean aún más meticulosos que yo.
En la EMA mi cometido está muy claro, “ENSEÑAR”, en parte, esta asignatura de Mecanizado, y en otra gran parte hacer que a mis alumnos se les abra un nuevo horizonte antes inalcanzable o que ellos así lo creían. Una forma de vida, unos patrones para que sean más precisos, más eficientes, mejores, no sólo en la mecánica, en cada aspecto de sus vidas. Aquí construimos las columnas de una generación que llevará el motociclismo y su mecánica a lo más alto. Y no solo a la competición nos ceñimos, también las nuevas generaciones de mecánicos aportarán a las nuevas formas de trabajo en los talleres un enfoque antes inconcebible y muchísimo más eficaz y eficiente.
La asignatura de mecanizado aporta al alumno las herramientas y conocimientos necesarios para valerse por sí mismo a la hora de crear, modificar o reparar cualquier parte de la motocicleta o derivado, además de otras piezas mecánicas que no tengan que ver con ellas. Mi cometido es el de hacer que sepan crear una pieza mecanizada desde un tocho de metal, tan solo mirando un plano en el que está dibujada la pieza acotada y a escala, con las tolerancias que se exigen y la precisión máxima, por lo tanto, siempre con la mayor calidad y acabados posibles. Sólo con esto podremos crear un futuro en la mecánica de competición y de calle superior y destacada del resto.
Para mí y para los alumnos de la escuela es un privilegio pertenecer a esta familia y por ello les doy las gracias tanto a mis compañeros como a mis alumnos que no solo les estoy enseñando, sino que aprendo de ellos y me aportan partes que me completan.
Gracias a todos, me despido con un fuerte abrazo, ¡hasta el siguiente post!
Tony Zambrana